jueves, 18 de noviembre de 2010

Historia de las constelaciones

Todo astrónomo u observador casual del cielo sabe que cada constelación lleva asociada una leyenda correspondiente a la mitología grecolatina. El origen de las constelaciones, así como los mitos asociados a ellas, es un tema mucho más complejo del que pudiera parecer a primera vista. Basta con mirar unos cuantos libros de astronomía para comprobar la multiplicidad de mitos asociados a cada constelación, muchos de ellos incongruentes entre sí. Esto es debido a que, en la mayor parte de obras la mitología e historia de las constelaciones no pasa de ser una mera anécdota introductoria. Como consecuencia, muchos autores se limitan a copiarse unos a otros sin consultar las fuentes clásicas, con lo que se explica en parte el gran número de historias relacionadas con cada constelación. Y digo sólo en parte porque tales divergencias se deben también a las diferentes explicaciones sobre el tema que nos dan las obras de la época que han sobrevivido, así como al complicado origen de muchas constelaciones (y mitos), cuyo origen es en realidad ajeno a la cultura griega.

Las fuentes greco-latinas en astronomía

Las constelaciones clásicas aparecen descritas detalladamente por primera vez en la cultura occidental en la obra Fenómenos de Arato de Soloi (también Solos: ciudad de Cilicia, en la costa sur de Anatolia). Arato (Aratos en griego) vivió desde el 310 a.C. hasta el 240 a.C., aproximadamente. Fue un profundo conocedor de la obra de Hesiodo y Homero, y escribió una versión de la Ilíada y otra de la Odisea. Al parecer fue en la corte del rey macedonio Antígono II Gonatas (276-239 a.C.) donde compuso esta obra por encargo del monarca entre los años 274-276 a.C.. Aunque descrito como poema astronómico en1154 hexámetros, Fenómenos es una obra muy descriptiva, donde aparte de citar las constelaciones, Arato describe diversos fenómenos metereológicos y las divisiones de la esfera celeste. Se supone que Arato se basó (algunos dicen que simplemente copió) en obras anteriores similares, en concreto en el Espejo (Cátoptron) de Eudoxo de Cnidos (ciudad de Caria, también en la costa meridional de Anatolia), escrita alrededor del 370 a.C.. Lamentablemente, la obra de Eudoxo no ha llegado directamente hasta nosotros, con lo cual es imposible saber qué partes de Fenómenos son debidas a Arato, y cuáles a Eudoxo (u a otros autores anteriores). Por las críticas que Arato recibió de otros autores clásicos (Hiparco) que conocían la obra de Eudoxo se infiere que la mayor parte de su obra era original. De todas formas, desde un punto de vista práctico, y aunque sea un poco injusto para la figura de Eudoxo, es preferible considerar los Fenómenos como la primera obra clásica que describe las constelaciones.

Los Fenómenos fue una de las obras más populares de la antigüedad, traducidos al latín por diversos autores, entre los que destaca Germánico (sobrino del emperador Tiberio), Varrón (autor también de Disciplinarum libri, donde aborda temas astronómicos), Avieno, Cicerón o el poeta Ovidio, el cual dirá del sabio Cilicio “Arato siempre vivirá con el Sol y con la Luna” (Amores I: 15,16). Otro autor influido por Arato fue Gémino (siglo I a.C.), autor del que se desconoce si era griego o romano, que escribió Introducción a los Fenómenos. Esta tremenda popularidad en la época clásica y medieval contrasta con lo poco conocida que es su figura en la actualidad, quizás porque tanto astrónomos como astrólogos prefieren remitirse a las obras de Eratóstenes, Hiparco o Ptolomeo, carentes de esas divergencias con las constelaciones actuales que contiene la obra de Arato.

La siguiente figura histórica a tener en cuenta es Eratóstenes de Cirene (276-195 a.C., aprox.), quien fue el segundo director de la famosa Biblioteca de Alejandría, y de él se puede decir que fue un verdadero genio. Su obra más famosa es Geografía, en la cual describe el primer método conocido para calcular la circunferencia de la Tierra midiendo las sombras proyectadas por palos situados en Alejandría y Siene (Asuán), obteniendo un valor sólo equivocado en un quince por ciento con respecto al actual. En esta obra se introducirá por primera vez la técnica de usar determinados paralelos y meridianos para situarse en el mapa. Otra obra famosa es su Cronología en la que relata la historia desde la caída de Troya hasta Alejandro Magno, intentando no tener en cuenta los mitos históricos tradicionales. Sin embargo, la obra que a nosotros más nos interesa es Catasterismos , es decir “transformación en estrellas”. Esta obra se convertirá en referencia obligada para todos los astrónomos posteriores, hasta la actualidad. En Catasterismos, Eratóstenes explica los orígenes de las distintas constelaciones y asterismos según la mitología griega, indicando el porqué de esta transformación en estrellas de los diversos héroes y dioses representados en el cielo. Además fija la nomenclatura de las constelaciones, variable hasta ese momento, lo que explica ciertas divergencias con respecto a Arato. Las fuentes en las que se basó Eratóstenes para sus Catasterismos nos son desconocidas (a parte de Arato), aunque sabemos que muchos de los mitos recogidos ya formaban parte del acerbo cultural heleno desde hacía siglos, hay ciertas evidencias de que Eratóstenes creó muchos de estos mitos, en un intento de sistematizar las historias de las constelaciones.

jueves, 11 de noviembre de 2010

¿Nos afectan las constelaciones?

El cielo de noche: Las constelaciones

Los nombres de las estrellas

Las constelaciones, según su localización en la bóveda celeste

Las constelaciones, según su localización en la bóveda celeste, se dividen en los siguientes grupos:

Constelaciones circumpolares norte: las que se encuentran alrededor del polo norte celeste: Camelopardalis, Cassiopeia, Cepheus, Draco, Lacerta, Lynx, Ursa Major y Ursa Minor.

Constelaciones del hemisferio norte: Andromeda, Auriga, Bootes, Canes Venatici, Coma Berenices, Corona Borealis, Cygnus, Hercules, Leo Minor, Lyra, Pegasus, Perseus, Sagitta, Triangulum y Vulpecula.

Constelaciones ecuatoriales: son las que se encuentran sobre la línea del ecuador celeste: Canis Minor, Cetus, Delphinus, Equuleus, Monoceros, Ophiuchus, Orion, Scutum, Serpens y Sextans.

Constelaciones zodiacales:
Las que se encuentran sobre la eclíptica: Aries, Tauro, Gemini, Cancer, Leo, Virgo, Libra, Scorpius, Sagitarius, Capricornus, Aquarius y Pisces.

Constelaciones del hemisferio sur: Antlia, Caelum, Canis Major, Centaurus, Columba, Corona Australis, Corvus, Eridanus, Fornax, Hydra, Lepus, Lupus, Microscopium, Piscis Austrinum, Puppis, Pyxis y Sculptor.

Constelaciones circumpolares sur: las que se encuentran alrededor del polo sur celeste: Apus, Ara, Carina, Chamaeleon, Circinus, Crux, Dorado, Horologium, Hydrus, Indus, Mensa, Musca, Norma, Octans, Pavo, Phoenix, Pictor, Reticulum, Telescopium, Triangulum Asutralis, Tucana, Vela y Volans.

Indus

Leo Minor

Gemini

Grus

Fornax

Eridanus

Equuleus

Draco

Dorado

Delphinus

lunes, 8 de noviembre de 2010

Cygnus

Canes Venatici

Corvus

Crux

Crater

Corona Borealis

Corona Australis

Coma Berenices

Columba

Cancer

Canis Major

Canis Minor

Circinus

Chamaeleon

Cetus

Cepheus

Centaurus

Cassiopeia

Carina

Capricornus

Camelopardalis

Caelum

Bootes

Auriga

Aries

Ara

Aquarius

Aquila

Apus

Antlia

Andromeda

Tabla

ConstelaciónNom.Fecha descubrimientoNotas
CygnusCyg9 de agosto de 1981Ca'n Picafort, Mallorca, España
OrionOri7 de diciembre de 1981Inca, Mallorca, España
TaurusTau7 de diciembre de 1981Inca, Mallorca, España
Canis MajorCMa14de diciembre de 1981Inca, Mallorca, España
Canis MinorCMi14de diciembre de 1981Inca, Mallorca, España
LepusLep14de diciembre de 1981Inca, Mallorca, España
GeminiGem1 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
AurigaAur1 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
MonocerosMon1 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
HydraHya1 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
CancerCnc2 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
LeoLeo2 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
Ursa MajorUMa2 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
CassiopeaCas2 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
Leo MinorLMi2 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
Ursa MinorUMi2 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
PerseusPer22 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
AndromedaAnd22 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
AriesAri22 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
TriangulumTri22 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
Canes VenaticiCVn22 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
DracoDra30 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
CorvusCrv30 de enero de 1982Inca, Mallorca, España
BootesBoo28 de febrero de 1982Inca, Mallorca, España
VirgoVir18 de marzo de 1982Inca, Mallorca, España
Corona BorealisCrB18 de marzo de 1982Inca, Mallorca, España
Serpens CaputSCp15 de abril de 1982Inca, Mallorca, España
HerculesHer15 de abril de 1982Inca, Mallorca, España
LibraLib15 de abril de 1982Inca, Mallorca, España
LyraLyr15 de abril de 1982Inca, Mallorca, España
LynxLyn17 de abril de 1982Inca, Mallorca, España
CepheusCep17 de abril de 1982Inca, Mallorca, España
OphiuchusOph17 de abril de 1982Inca, Mallorca, España
Serpens CaudaSCd17 de abril de 1982Inca, Mallorca, España
AquilaAql17 de abril de 1982Inca, Mallorca, España
ScorpiusSco17 de abril de 1982Inca, Mallorca, España
PegasusPeg4 de julio de 1982Ca'n Picafort, Mallorca, España
DelphinusDel16 de julio de 1982Ca'n Picafort, Mallorca, España
CapricorniusCap10 de agosto de 1982Ca'n Picafort, Mallorca, España
SagittaSge10 de agosto de 1982Ca'n Picafort, Mallorca, España
AquariusAqr10 de agosto de 1982Ca'n Picafort, Mallorca, España
PiscisPsc24 de agosto de 1982Ca'n Picafort, Mallorca, España
CetusCet16 de septiembre de 1982Ca'n Picafort, Mallorca, España
LacertaLac16 de septiembre de 1982Ca'n Picafort, Mallorca, España
SagitariusSgr10 de octubre de 1982Ca'n Picafort, Mallorca, España
ScutumSct29 de junio de 1984Inca, Mallorca, España
EridianusEri12 de noviembre de 1984Inca, Mallorca, España
VulpeculaVul21 de junio de 1985Inca, Mallorca, España
EquuleusEqu23 de junio de 1985Inca, Mallorca, España
Corona AustralisCrA12 de agosto de 1985Inca, Mallorca, España
Piscis AustrinusPsA17 de agosto de 1985Inca, Mallorca, España
FornaxFor11 de octubre de 1985Ca'n Picafort, Mallorca, España
ScultorScl12 de octubre de 1985Ca'n Picafort, Mallorca, España
ColumbaCol9 de noviembre de 1985Ca'n Picafort, Mallorca, España
PuppisPup14 de diciembre de 1985Ca'n Picafort, Mallorca, España
PyxisPyx15 de diciembre de 1985Ca'n Picafort, Mallorca, España
SextansSex22 de diciembre de 1985Ca'n Picafort, Mallorca, España
AntliaAnt5 de enero de 1986Ca'n Picafort, Mallorca, España
CraterCrt1 de abril de 1986Ca'n Picafort, Mallorca, España
Coma BereniceCom1 de abril de 1986Ca'n Picafort, Mallorca, España
CentaurusCen2 de mayo de 1986Ca'n Picafort, Mallorca, España *
LupusLup2 de mayo de 1986Ca'n Picafort, Mallorca, España *
CamelopardalisCam11 de agosto de 1986Ca'n Picafort, Mallorca, España
VelaVel31 de enero de 1987Ca'n Picafort, Mallorca, España *
MicroscopiumMic22 de septiembre de 1989Ca'n Picafort, Mallorca, España
PhoenixPhe21 de octubre de 1989Son Serra, Mallorca, España
GruxGru28 de octubre de 1989Son Serra, Mallorca, España
CaelumCae8 de diciembre de 1989Ca'n Picafort, Mallorca, España

Esfera Celeste

Constelaciones

Las constelaciones y ejemplos

En la antigüedad, sólo unas pocas estrellas brillantes recibieron nombres propios (inclusive, algunas eran consideradas constelaciones en sí mismas). Posteriormente, los árabes, con su dedicación a la observación astronómica, asignaron nombres a muchas otras. En su gran mayoría respondían a la posición que corresponde a cada astro dentro de su constelación. Aldebarán, la estrella más brillante de Tauro, proviene del árabe an-Dabarab (الدبران), que significa ‘el que sigue’ (a las Pléyades). En esa misma constelación también se encuentra Alnath (o Elnath), del árabe an-Nath (النطح), que significa ‘[la punta de] el cuerno’.
Además de los nombres propios tradicionales (de origen griego, latino o árabe), las estrellas reciben un nombre formado por una letra del alfabeto griego en minúscula, siguiendo en orden decreciente de su magnitud aparente (en términos generales, aunque la secuencia no se aplica en algunos casos). Este sistema fue iniciado por Johann Bayer a comienzos de siglo XVII. Más tarde, John Flamsteed asignó números arábigos para identificar las estrellas de cada constelación. En ambos sistemas, a las letras o números sigue el genitivo latino del nombre de la constelación. Así, Aldebarán y Alnath son también conocidas como Alfa (α) y Beta (β) Tauri en el sistema de Bayer, u 87 y 112 Tauri en el sistema de Flamsteed, respectivamente. También pueden recibir otros nombres, dependiendo de los diversos catálogos que se han compilado y de los que forman parte. De tal forma, una misma estrella puede recibir muchas denominaciones.
Las estrellas dobles o variables siguen otras nomenclaturas, de acuerdo a sus respectivos catálogos. Igualmente, dentro de los límites de las constelaciones existen otros objetos que no son estrellas (nebulosas planetarias, galaxias, etc.) y que han sido clasificados y denominados siguiendo varios catálogos acidionales (Messier, NGC, IC). El primero que hizo una clasificación de esta índole fue Charles Messier; así, por ejemplo, M31 designa a la Galaxia de Andrómeda.

¿Cómo observar las constelaciones?

Para poder identificar correctamente las constelaciones, es necesario poder ver las estrellas que dibujan sus figuras. Las personas que viven en las ciudades o áreas limítrofes ven muy pocas de ellas porque la contaminación lumínica (la luz generada en exceso por el hombre y que se escapa al ambiente) afecta adversamente la visibilidad de los astros más tenues. Se recomienda, pues, buscar un lugar oscuro. Es necesario ante todo, si queremos aprenderlas de manera rigurosa y correcta, que empecemos por una, es decir la primera que hemos visto y reconocido en nuestra vida. A partir de aquí, nos vamos trasladando con la vista a las constelaciones que esta primera tiene al lado, siempre y cuando tengamos un mapa del cielo nocturno o una guía para simple vista. Se llama así lo que necesitamos para identificar los dibujos del papel en la esfera celeste. Se puede comprar una en cualquier librería. Una vez hemos identificado una constelación en el cielo nocturno, las demás las sacaremos automáticamente, lo difícil es la primera, debemos de buscar a una persona que conozca una, solo una, con eso bastará para empezar en el mapa.

Las constelaciones en la actualidad

Los límites de las constelaciones, en su gran mayoría, siguen los trazos, igualmente imaginarios, impuestos por la Unión Astronómica Internacional de 1928 a 1930. Estas fronteras utilizan como guía las líneas de declinación y ascensión recta para la época 1875,0 (es por ello que no hay líneas diagonales). Desde entonces, y debido a la precesión (el desplazamiento del eje de la Tierra con respecto a las estrellas), esos límites se han desplazado, pero el área cubierta por cada signo se ha mantenido igual.
Según esos límites, la Cruz del Sur es la constelación más pequeña del cielo: con solo 68 grados cuadrados cubre apenas el 1/600 del cielo. La más grande es Hydra, que con 1300 grados cuadrados cubre el 3% del total celeste. Y las tres constelaciones más grandes cubren el 10% del cielo, o sea, tanto como las 27 más chicas.[1]
En nuestros días, las constelaciones han perdido la importancia que antaño poseían. Ahora los astrónomos profesionales se refieren a los objetos por su posición en la esfera celeste, usando el sistema de coordenadas. En términos generales, sólo los astrónomos aficionados siguen conociendo y estudiando las constelaciones.

Constelaciones perdidas

Además de los grupos que se han mencionado previamente, que fueron propuestos, mayormente, durante el siglo XVII, y que nunca gozaron del aval de la comunidad, hay otra serie de asterismos que tuvieron una existencia muy efímera.
Un caso muy particular es el de la constelación de Antínoo (o Antinous), probablemente la única constelación antigua que cayó en desuso. Se supone que Antínoo era la figura de un joven griego a quien el emperador Adriano favorecía. Sus estrellas correspondían a un pequeño grupo al sur de Aquila, el águila. Según versa la historia, Adriano creó esta constelación en el año 132 tras la muerte del adolescente (quien supuestamente se sacrificó para salvar la vida al emperador).
Otras constelaciones perdidas son:

Invenciones de Nicolás Lacaille

Nicolás-Louis de Lacaille, un abad, astrónomo y matemático francés, que durante los años 1750 y 1751 vivió en el cabo de África del Sur, se propuso proseguir con la relación sistemática de las estrellas del cielo del hemisferio sur. En su obra Coelum australe stellíferum, publicada póstumamente en 1763, incluyó otros asterismos con el fin de cubrir espacios que todavía no respondían a constelación alguna. Las invenciones de Lacaille se diferencian de todas las anteriores, pues honran las creaciones del ingenio humano (que era la mentalidad de su época), en vez de animales y figuras mitológicas.
A Lacaille también se debe el desmantelamiento de Argo Navis en cuatro constelaciones menores, que son las que llegan hasta nuestros días:

Johannes Hevelius

Algunos años más tarde, para 1690, desde la ciudad de Danzig (hoy Gdańsk) en la región polaca de Pomerania, Johannes Hevelius propuso otras constelaciones:
  • Canes Venatici, los perros de caza
  • Lacerta, la lagartija, asterismo que correspondía al Cetro de Augustin Royer
  • Leo Minor, el pequeño león
  • Lynx, el lince, un grupo de estrellas tan tenues, que el propio Hevelius decía que se necesitaban los ojos de un lince para poder verlas
  • Sextans, el sextante
  • Vulpecula, la pequeña zorra
  • Scutum (Sobieski), el Escudo de Sobieski; ésta es la única constelación moderna que responde a un personaje histórico real (Jan III Sobieski, rey de Polonia), pero como generalmente sólo se le conoce como Scutum, la relación con este monarca pasa totalmente desapercibida.
A diferencia de las anteriores, estas nuevas propuestas no estaban asociadas a algún monarca. Por ello, probablemente, lograron la aceptación de público con mayor facilidad. La excepción fue Scutum, que tuvo que perder el apellido para ser aceptada debidamente (hoy no se recuerda, para nada, que una vez tuvo abolengo).
Hevelius también propuso otros grupos que no tuvieron la suerte de estas siete. Éstas fueron:

Otras creaciones europeas

A partir de Uranometria otros astrónomos europeos se vieron tentados en imponer sus propias creaciones, aunque no todos lograron el mismo éxito de Bayer.
En 1624, el también astrónomo alemán Jakob Bartsch introdujo cinco nuevas constelaciones entre las ya existentes:
Estas constelaciones también se acreditan a Petrus Plancius. Sólo las tres primeras se incorporaron definitivamente a la lista de constelaciones actuales; las demás desaparecieron rápidamente.
Para la misma época, Tycho Brahe elevó al rango de constelación el antiguo asterismo de Coma Berenices, la Cabellera de Berenice, creada de estrellas pertenecientes anteriormente a Leo y Virgo.
En 1643, Anton de Rheita, tratando de cristianizar un poco el panteón estelar, ampliamente pagano, imaginó una figura de Jesús entre Leo e Hydra, pero dicha nueva constelación no tuvo buena acogida. El mismo también propuso una Mosca (Musca Borealis) al lado de Aries, que más tarde fuera rebautizada como Lilium (Flor de lis) durante el reinado de Luis XIV, el "Rey Sol". Es entonces cuando nombrar constelaciones se convirtió en un juego de corte, con el que los proponentes pretendían lograr la gracia de la monarquía.
En Francia, En 1679, Augustin Royer creo la constelación Columba, separando parte de la constelación Canis Major. Además, identificó un grupo de estrellas entre Andrómeda, Cefeo y Pegaso, al cual nombró como el Cetro.
En Prusia, el astrónomo real Gottfried Kirch creó un segundo Cetro al sur de Eridanus, con el fin de hacer lo propio por su monarca. No obstante, ninguno de estos intentos de reivindicación real se impuso en la comunidad, por lo que los grupos nunca lograron el apoyo que necesitaba para integrarse a la lista de constelaciones reconocidas.

Johann Bayer y «Uranometría»

En 1603, el astrónomo alemán Johann Bayer publicó su obra Uranometria, el primer atlas astronómico en cubrir toda la esfera celeste. Además de incluir las 48 constelaciones de Ptolomeo, Bayer añadió 12 adicionales, trazadas para el hemisferio sur, único lugar en el mundo donde se veían. Las mismas habían sido originalmente cartografiadas por el navegante holandés Pieter Dirkszoon Keyser, asistido por Frederick de Houtman, durante un viaje por los mares del sur entre 1595 y 1596 (año en que muere Keyser en la expedición). La inclusión de estos nuevos grupos en el atlas de Bayer —la obra maestra de la época— aseguró su permancencia en la lista de constelaciones reconocidas. Éstas fueron:
Los nombres tan exóticos (para la época) de estas nuevas constelaciones, muchas de las cuales reflejaban las nuevas realidades descubiertas durante las grandes exploraciones de esos años les aseguraron un éxito inmediato. Tan es así que rápidamente se incorporaron a la lista de constelaciones antiguas y se siguen usando al presente.
La obra de Bayer trajo otro cambio de percepción en cuando a qué es una constelación. En el pasado, los griegos y demás pueblos de la antigüedad sólo reconocían como parte de una constelación aquellas estrellas que se usaban para trazar las figuras legendarias. Lo demás simplemente era espacio vacío. Bayer, en cambio, con sus planos, comienza a asignar a todo punto en el cielo su lugar como parte de una constelación.